Fuente: El Orden Mundial
El irredentismo marroquí se asienta en la teoría del
Gran Marruecos, que reclama la soberanía de numerosos territorios como
el sur de Argelia o Ceuta y Melilla.
Marruecos debería ser más grande de lo actualmente es. Al menos, esto
es lo que defiende la teoría del Gran Marruecos, la principal corriente
del irredentismo marroquí. Una doctrina nacionalista con cierta
influencia en la política y las instituciones del país que asegura que
las fronteras actuales de Marruecos no se corresponden con aquellas que
por razones históricas debería tener.
Nacida en los años veinte del siglo pasado, esta idea persigue una
continuidad entre las diversas dinastías que han reinado en el
territorio marroquí, como el Sultanato benimerín (1215-1465) o el
Imperio almohade (1121-1269), y el Marruecos de hoy en día.
En concreto, el mapa del Gran Marruecos incluye el actual Estado, el Sáhara Occidental,
Mauritania al completo, el sur occidental de Argelia, el norte de Mali,
Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía española en el norte de
África.
El irredentismo marroquí. La idea del Gran Marruecos.
Su ideólogo fue Allal El Fasi, teórico del islam político y fundador del Partido Isqiqlal o de la Independencia en 1943. Con influencias del salafismo
—corriente del islam suní que llama a la más estricta obediencia del
Corán— y el panarabismo —nacionalismo que busca la unidad política de
los Estados árabes—, El Fasi aprovechó el clima de rechazo al
colonialismo francés y español para construir la identidad
religioso-cultural del futuro Marruecos independiente.
Perejil, Melilla o el monte Tropic: las disputas marítimas entre Marruecos y España. (Álvaro Merino, 2023)
Las nuevas disputas marítimas entre ambos países transcienden el
conflicto histórico y colonial. Ahora también están en juego recursos
naturales
La disolución de los protectorados europeos dio paso a la
constitución del reino alauí en 1956, una proclamación que estos
nacionalistas marroquís celebraron como una victorial parcial. Sus
doctrinas calaron especialmente entre el majzén, la élite política que movía los hilos del incipiente Estado
y que lo sigue haciendo décadas después. Por eso las reivindicaciones
territoriales del Gran Marruecos pronto fueron asimiladas por la nueva
monarquía y pasaron a formar parte del discurso oficial, indicando la
hoja de ruta del proyecto nacional.
Algunas corrientes reclaman incluso Canarias, si bien el Estado
marroquí se alineó con España cuando Argelia y Libia apoyaron el
movimiento independista canario. Por mucho que Rabat nunca haya
despejado de forma clara las dudas sobre la marroquinidad de las islas,
la soberanía de las islas no tiene cabida en las reivindicaciones de los
dirigentes del país.
La expansión de Marruecos. (Joaquín Domínguez, 2018)
Desde que Marruecos adquiriese su independencia en 1956 no ha dejado de expandir sus fronteras, especialmente hacia el sur.
Tras la consecución de la autodeterminación y la posterior muerte del
rey Mohamed V en 1961, su hijo Hasan II reavivó la teoría del Gran
Marruecos como una extensión de su proceso de independencia. Este se
había iniciado con el desmantelamiento de los protectorados francés y
español, y continuó con la recuperación en 1958 del Cabo Juby tras la
que sería la última guerra de España en África. En 1969, Marruecos
recibió también de Madrid el territorio de Ifni.
A pesar de ello, el exponente máximo de la expansión territorial amparada por la teoría del Gran Marruecos fue la Marcha Verde de 1975 y la posterior ocupación del Sáhara Occidental.
Mauritania también protagonizó en un inicio las posiciones
irredentistas de la monarquía alauí, pero Rabat reconoció su
independencia en 1960 y se centró en su lugar en la anexión del Sáhara.
La idea de Gran Marruecos tiene ya un siglo de actualidad y la
existencia de Marruecos como nación independiente casi siete décadas,
pero para sus gobernantes la delimitación de sus fronteras aún está en
marcha, sobre todo en su zona norte. Allí, la soberanía española sobre Ceuta, Melilla y varios islotes
sigue escamando y en el horizonte figura recuperar su control. Por el
momento parece que Marruecos congelará sus reclamaciones después de que
Madrid haya apoyado su plan de autonomía para el Sáhara Occidental, pero
es esperable que tarde o temprano el irredentismo marroquí vuelva a la
carga.
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