Fuente: El Faro de Ceuta
Bastante antes de los ataques a los territorios del África Occidental
Española, la mayor parte de los componentes de dichas bandas procedían
de Marruecos. Algunos, quizás los menos, eran idealistas del Istiqlal, y
los más reclutados con engaños, coacciones y amenazas. Y esto no es ni
opinión ni aún menos invención de nadie. Son las manifestaciones de los
prisioneros que así lo confirmaban en los interrogatorios.
Un grupo de prisioneros marroquíes del llamado Ejército de Liberación, en el Grupo de Policía de Ifni.
Las soflamas de Ala Lal El Fassi
La actitud de este
político fue siempre de una a clara animadversión hacia España, como lo
avala un documento secreto en el cual, entre varios de sus apartados,
así se dice: “El presidente del Istiqlal y ministro de Asuntos
Islámicos, con desprecio absoluto por su provocación y procacidad de las
más elementales normas de corrección y de educación, en el mes de
noviembre de 1958, hace unas declaraciones a un semanario de su partido y
expresa esto. No se trata de simples protestas contra las pretensiones
francesas y españolas, sino de una doctrina precisa y clara. Y es que
Mauritania y el Sáhara son partes integrantes del territorio nacional.
Es un deber del Gobierno movilizar todas las energías del país para
la liberación de nuestros territorios, aún ocupados por los extranjeros.
No sé qué forma tomará la lucha popular contra el invasor, pero una
cosa es segura, en caso de que falle la acción diplomática y política,
el pueblo marroquí pedirá a su Gobierno y a su Rey que lo movilice para
hacer esa guerra sagrada.
El Sáhara es parte de Marruecos, y
si se quiere exigir leyes naturales, las Islas Canarias no son más que
una prolongación del Sáhara, separadas por un mar invasor, como el que
ha separado a Tánger de Andalucía”.
Esto lo dijo y rubricó el
líder del Istiqlal en el año 1958, formando parte de sus constantes
soflamas, propias de un iluminado y yo diría aún más, un auténtico
trasnochado, que no hizo otra cosa que enturbiar las relaciones de dos
naciones que, además de vecinos, están llamados siempre a entenderse, en
todas sus relaciones, llámense políticas militares, culturales,
sociales, etc.
Carnet de identidad de Mohamed bu Eahoussine bu Gui, del Protectorado de
la República Francesa de Marruecos, encontrado por las tropas españolas
tras un combate.
En otro documento de la Capitanía General de Canarias destaca que el
número de individuos del Ejército de Liberación Marroquí que se integra
en las Fuerzas Reales es de 1.021 hombres del Sáhara, organizados en
siete compañías. A cada uno de los marroquíes de estas bandas le
rellenaron una ficha en la que, además de los datos de identidad,
contenía una declaración en la que no eran voluntarios para integrarse
en el Ejército Real, para ello les hacían firmar con el pulgar. Entre
los que se negaron y desertaron sólo se incorporaron 707 hombres, puesto
que para los componentes de dichas bandas les era mucho mejor no estar
sujetos a ninguna disciplina sino, por el contrario, hacer y deshacer a
su antojo, lo mismo atacando puestos españoles que franceses, y vivir
prácticamente del pillaje, como lo que significaba su nombre ‘Bandas
Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí’.
Otro documento
secreto del Gobierno General de Ifni detalla esto: “Los jefes de las
Bandas Rebeldes son estos: inspector-jefe, Ben Hamu; jefes, Bris Ben
Bucker, Chegali Uld Haguia, Brain Uld Aomar Uld Damed, Enhemed Uld Dilil
Uld Zeyu, Bumesiba Uld Mohamed Selec Uld Ba-Ali y Mohamed Uld Salil”.
Muchos
de ellos eran desertores de las Fuerzas Militares Españolas, de
Tiradores de Ifni, Grupo de Policía y Compañía de Mar que, engañados por
falsas promesas que jamás iban a llegar a buen lugar, desertaban y se
incorporaban a dichas bandas, aunque algunos más tarde regresaban a
territorio español renegando de su anterior conducta.
Documentos de un marroquí extraviado tras un ataque
Los
centros donde se reclutaban los miembros de las Bandas del Ejército de
Liberación Marroquí estaban en Marruecos, concretamente en Tignit,
Tafraut y Bruizcaren donde, aparte de los originarios de estos poblados
marroquíes, había también mercenarios de otras regiones, donde con una
misera cantidad de dírhams, una lata de sardinas y un mendrugo de pan,
con un fusil y munición los enviaban a muchos de ellos a una muerte
segura.
Mohamed bu Eahoussine bu Gui, miembro de las Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, natural de Casablanca.
En uno de los combates contra las tropas españolas
capturaron varios prisioneros. Uno de ellos era Hamed Ban Abdellah,
natural de Casablanca. Otro de los prisioneros era Hhasen Ben Mhaud,
también natural de Marruecos, el cual había sido soldado del ejército
francés y había luchado en Indochina. Otro era Aomar Ben Hosein, que
pertenecía a las Fuerzas Armadas Reales Marroquíes.
Entre los muchos prisioneros capturados por las tropas españolas en
los combates hubo otro que era un notable marroquí llamado Lhashen Ben
Abdel-lha, y otro, Mohafef Ben Mohamed Ben Said, natural este último de
Ait-Ild Brahim del sur de Marruecos. Otro de los prisioneros fue Ahmed
Ben Lhasen Ben Hossain, natural del poblado marroquí de
Taranzkni-Agilal-Ait-Braien, el cual fue capturado por tropas de
Tiradores de Ifni en el combate de Amanzu Ali.
En otro de los
combates fue capturado por las tropas españolas el marroquí Mohaford Ben
es Ben Said, natural del poblado Id el Hach Tudga Ait Braien-Tiznit, y
según la manifestación de este prisionero, fue obligado e incorporado a
las Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí por miembros
armados de dichas bandas, cuyo jefe era Bachir Ben Hossain y, una vez
incorporado a dichas bandas, fue obligado a atacar con otros miembros a
las tropas españolas, partiendo desde el poblado marroquí al Step Lazza.
Uno
de los mejores conocedores de lo que sucedió en aquella campaña de 1957
en Ifni y Sáhara fue el fallecido periodista Ramiro Santamaría Quesada,
quien en un informe decía así: “en las bandas rebeldes existen
sospechas de que hay instructores y consejeros extranjeros, algunos de
ellos son antiguos oficiales de las S.S. Alemanas llegados de Alemania
Oriental, y el jefe de Estado Mayor de Ben Hamu se sospecha que es un
antiguo capitán alemán conocido por el nombre de Hans”.
La
palpable realidad de que en la mayor parte de las bandas rebeldes
marroquíes eran todos originarios de Marruecos lo confirma la fotografía
y el carnet de identidad encontrado por las tropas españolas tras un
combate de Mohamed bu Eahoussine bu Gui, núm. 45.577 del Protectorado de
la República Francesa en Marruecos, y domicilio en Casablanca.
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