Mariano Velasco Lizcano.
Entrevistamos a Mariano Velasco, autor prolífico que tiene en su haber libros de temas tan diversos como la
historia, la ecología y la política. Su última obra titulada "Siroco", disponible ya en Amazon, se compone de varias partes: una introducción histórica, el mundo rural de la postguerra española y la Guerra de Ifni.
Según nos cuenta, "Siroco constituye la quinta y última entrega de la serie “España en
guerra” que inicié con el propósito de reflejar las más importantes contiendas
en la época de la modernidad histórica española: Independencia, Cuba,
Marruecos, Guerra Civil, y por último Ifni".
Autor de numerosas obras, dispone de un blog llamado Momentos para discrepar,
en el que refleja el desarrollo de su actividad literaria e
investigadora, con artículos de variada temática y en el que se puede
consultar su catálogo de libros publicados.
Mariano, ¿desde cuando escribes?
Podría decir que desde siempre,
pues mis recuerdos de infancia me retrotraen a tiempos escolares en los que
disfrutaba especialmente con las tareas de redacción. Así que pienso que mi
relación con la escritura es algo casi genético. Pero si he de concretar,
podría considerar que esta ilusión comenzó a tomar carácter más profesional
desde el inicio de los años 90, cuando comencé a escribir artículos y
colaboraciones asiduas en los medios de comunicación comarcales y provinciales
de Ciudad Real.
Sobre qué temas escribes ¿cuál es el género en que te encuentras más
cómodo?
Mis temas preferidos son la
historia, la ecología y la política, por ese orden, además. De modo que donde
más cómodo me encuentro es en la novela y el cuento o la narrativa breve con el
fondo temático de la historia. Aunque también me seduce mucho el artículo de
opinión.
¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas? ¿Cuánto dura
tu proceso de documentación?
Mi proceso creador se basa
siempre en una idea que puede surgir de la forma más anecdótica o inesperada.
No planifico por tanto la obra, comienzo a desarrollar la idea y dejo que ésta
avance sola. Ahora bien, es cierto que escribir con un trasfondo histórico
exige un arduo proceso de documentación que puede prolongarse durante años. En
cualquier caso, ninguno de mis trabajos de novela histórica, ha bajado de un
lapso de un año en el proceso de documentación. Algunos casos, como Mancha Roja han necesitado cinco años de
documentación.
¿Algún escritor que admires en especial? ¿Alguna novela que te haya
marcado?
Me considero lector empedernido,
por tanto, son muchos los escritores que admiro. Pero si tuviera que hacer
alguna mención especial, diría que Miguel Delibes marcó mucho mi admiración por
el escritor; su perfecto castellano y la exaltación de la naturaleza y el mundo
rural supuso un antes y un después en mi propio hacer. También Azorín, con su
maestría descriptiva, es otro escritor fundamental en mi proceso de formación. Novelas
que me han marcado especialmente… Tal vez Diario
de un cazador y Las Ratas de
Delibes, y actualmente me ha gustado mucho Patria
de Fernando Aramburu.
Bien, pasemos a hablar de Siroco,
tu última publicación ¿te has basado en hechos reales para escribirla?
Siroco constituye la quinta y última entrega de la serie “España en
guerra” que inicié con el propósito de reflejar las más importantes contiendas
en la época de la modernidad histórica española: Independencia, Cuba,
Marruecos, Guerra Civil, y por último Ifni; aunque siempre desde la perspectiva
en que pudieron verlas sus más ignorados protagonistas, aquella recluta
obligada que era sacada de sus pueblos para enviarles a morir en pro de unos
supuestos “valores patrios” que ellos desconocían. De modo que el fondo
histórico de Siroco, como el de las
otras entregas de la serie, siempre se ha basado en la realidad.
¿Cómo está estructurada la novela?
En tres partes bien
diferenciadas; una especie de introducción histórica a través de los primeros
capítulos destinada a situar al lector en el contexto; una primera parte
ambientada en el mundo rural de la España de posguerra, y una segunda parte
centrada totalmente en Ifni y en el conflicto bélico colonial.
Por tanto, Siroco, en su resultado final, es uno de esos ejemplos que he descrito
anteriormente, de cómo surge la idea y ésta va cambiando a resultas del
desarrollo de la propia trama. La idea inicial fue describir el breve conflicto
bélico, aunque intenso y letal, que pudo vivirse en ese territorio. Sin
embargo, sus propios personajes me llevaron a la necesidad de tener que
describir los años previos que abocaron a que el protagonista acabara allí.
En el caso de Siroco ¿has
encontrado dificultades durante el proceso de documentación?
El caso de Siroco ha sido una de esas casualidades fortuitas que, sin
esperarlo, me han facilitado extraordinariamente el proceso de documentación.
Fue en una de las primeras búsquedas en la red que me encontré con El rincón de Sidi Ifni. A través de esta
página pude recopilar, artículos, bibliografía, conocimientos directos,
anécdotas de quienes estuvieron allí. Después, al contactar con Pablo Vázquez,
su administrador, ya todo fue una sucesión de apoyo y estímulo y todo tipo de
información. Él me ayudó a contactar con Manuel Jorques, y con la ayuda de
ambos pude compilar toda la información que Siroco
necesitó. Mi agradecimiento hacia ellos es inmenso, y me duele
profundamente el grave proceso de enfermedad que en el momento de escribir
estas líneas está sufriendo el señor Jorques. Desde aquí, mi mayor sentido de
reconocimiento y agradecimiento. No es frecuente encontrar personas así.
De los personajes ¿hay algunos con los que te identificas
especialmente?
Los personajes principales se
corresponden con personas reales unidas con mi persona en vínculo familiar. Si
bien, es cierto que algunas de las situaciones se han alterado en aras de la
trama literaria, y en otras son fruto de mi pura imaginación. También, al igual
que los nombres, he cambiado parte de la cronología de la saga familiar
protagonista de la novela. Pero en lo fundamental, por los personajes de Siroco corre mi sangre.
¿Tienes otros proyectos en mente?
Creo que moriría, metafóricamente
hablando, si no tuviera otros proyectos para continuar. Ahora trabajo en una serie
de alternativas que tienen en el bandolerismo y la violencia su centro de
atención, aunque visto siempre desde la perspectiva de su momento histórico:
carlistas, bandoleros, desertores, prófugos; gentes maltratadas por la vida que
hicieron de la violencia su tabla de salvación.
¿Algún consejo a los nuevos escritores?
Que aprendan a prescindir de la
necesidad del éxito y el reconocimiento; es el más nefasto de los sentimientos,
capaz de anular al futuro escritor. Que escriban porque les gusta, les divierte,
lo pasan bien, o porque es parte consustancial de su vida. Pero que dejen de
esperar. Y esto no es fácil de conseguir. Después, lo que llegue, si es que ha
de llegar, que lo disfruten plenamente.
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